No cabe duda que así
como el mundo ha evolucionado los últimos 70 años de una manera profunda,
también se ha modificado la forma de los padres respecto a la relación con sus
hijos. Para empezar por lo más básico podríamos decir que todavía hace 30 años era
impensable que un hijo tuteara a sus padres; hablarles de Usted era regla
general, que incluso se extendía a todas las personas mayores con quienes se
trataba. Hoy es inusual y hasta resulta extraño encontrar a algún hijo de 20,
15 ó niño incluso hablar de usted a sus padres. Las caricaturas, programas de
televisión y películas dan cuenta de ello.
Otra situación de la
que mucho se habla, es la permisividad que exhibimos los padres modernos.
Recuerdo que en mi casa nos dormíamos temprano, hablar de las 9 de la noche ya
era acostarse tarde. Hoy no es extraño ver a los niños acostarse entre semana a
las 10 incluso 11 de la noche. Lo mismo sucede con los adolescentes y los
permisos para salir, que se han extendido ha horarios ya madrugada. A la
permisividad podríamos agregar el uso desmesurado de televisión, de internet,
de celular, de teléfono y mucho más.
Quienes hemos tenido
la oportunidad de estar en las pláticas del Dr. Amaya, "Hijos tiranos,
padres obedientes" ó "padres duros para tiempos duros" hemos
podido descubrir que es muy importante no relajarnos en estos temas. Ser padre
no se aprende con un certificado, ni repitiendo formulas añejas; ser padre
requiere de mucho contacto, confianza, reglas claras y sobre todo de mucho
amor, pero un amor responsable.
Creo que vale la pena
detenerse un momento y reflexionar en la manera en que nos desarrollamos como
padres. Existe mucha literatura que puede ayudarnos a comprender, entender y
educar mejor a nuestros hijos. Sin duda esa es una inversión inteligente que
dará los mejores frutos, alegrías a nosotros los padres y buenos y mejores
ciudadanos a la sociedad. Pensemos en ello
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